El amigo Álvaro de los Ángeles nos hace llegar: La Sala Parpalló te invita el próximo jueves 24 de julio a las 19.00 a una visita comentada con el comisario de la exposición, Álvaro de los Ángeles C/ Alboraia 5, 46010 Valencia
Teléfono: 963 614 415
Es un proyecto en el que se han realizado una serie de talleres y una exposición de los artistas Rogelio López Cuenca, Daniel García Andujar e Isidoro Valcarcel Medina en la Sala Parpalló en los que se trabajan las relaciones entre los artistas y las instituciones con la producción y la distribución de la obra.
De entrada en la Parpalló, nos topamos con un mural en el que aparecen una gran serie de reproducciones de fotografías de pinturas famosas sobre las que se sitúan una serie de fotografías de artistas con sus modelos en pleno proceso creativo.
Tras este primer panel, hay una gran masa ordenada en estanterías sobre las que reposan una gran cantidad de cajas vacías sin la tapa superior cuyo interior vacío está recubierto por poliespán de embalaje. En cada una de la cajas, está impreso en una pequeña etiqueta el nombre de una institución artística del territorio español. Frente a estas cajas, nos encontramos expuesta en un atril una carta que Isidoro Valcárcel Medina ha hecho llegar a todas esas instituciones solicitando una pequeña colaboración para su realización de seis euros. Cada una de las cajas que han sido sufragadas por cada institución, posee otra pequeña que así lo acredita. De la gran cantidad de instituciones reseñadas por las cajas, no llega a la decena las que poseen etiqueta acreditativa.
Nos preguntamos cuales habrán sido (si las ha habido) las problemáticas que esta exposición ha planteado en torno a las nociones de propiedad pues uno de los puntos fuertes de la muestra es en torno a la autoría, para lo cuál entre otra estrategias, utilizada el apropiacionismo de manera masiva con una gran cantidad de imágenes extraídas de Internet, pero que juegan en el vacío legal de las imágenes (¿son las imágenes que son puestas sin restricciones de uso - uso activo y no contemplación pasiva - público?, ¿son públicas las imágenes en las que aparecen personajes públicos y por tanto su uso no está limitado?).
Los que puedan asistir a la visita, ahí nos vemos. La recomendamos como también la visita al blog del mismo proyecto (herramientas del arte) del que dejamos un pequeño fragmento de la entrevista de Luisa Hedo a Rogelio López Cuenca :
(...)
- El espacio público y la calle siempre han sido ámbitos de acción de tu trabajo, un supermercado, una estación de trenes o una sala de espera… ¿crees que cobra más sentido tu obra en este tipo de espacios que en la galería o en el museo?
Todo esto, las estrategias de interrupción parasitaria, las inserciones en circuitos públicos, el arte en la calle…hay también que irlo repensando. En los últimos años ha tenido lugar una transformación radical del espacio público urbano, y el arte no ha permanecido, por supuesto, al margen. Y no me refiero, claro, al redondo negocio de las rotondas y la escultura urbana y los museos al aire libre, sino a los eventos de arte público, a las intervenciones temporales, ya que la cooptación de los recursos del arte público crítico por parte de la lógica de la espectacularización lo ha hecho, por una parte, indistinguible de la publicidad comercial, y, por otra, lo ha convertido en parte del programa de producción cíclica de eventos para la renovación de la imagen-mercancía de la ciudad en la pugna por atraer los flujos de capital. Rara vez hacen estos eventos otra cosa que añadir capital simbólico para la ciudad-marca y echar leña al fuego del entretenimiento estandarizado y la disneyficación de la ciudad, colaborando activamente en la destrucción del tejido urbano y las relaciones sociales y en su sustitución por el consumo como única experiencia posible.
-Has manifestado en más de una ocasión tu gusto por lo procesual en lugar de por la obra acabada, frente a la cultura del objeto tu propones una cultura del proyecto, ¿tiene entonces algún sentido la exposición de las obras?
Son momentos diferentes. Y son roles diferentes el de los artistas y el de los museos. Se trata de que lo que llamamos “la obra” sea capaz de poner en marcha, de iniciar otros procesos. Los museos no pueden limitarse a exhibir, a mostrar la obra de los artistas: tienen que explicarla, tienen que contextualizar esos trabajos, hacerlos legibles y susceptibles de desencadenar otros acontecimientos. Un museo o un centro de arte no se puede comportar como una galería, ni ejercer de correa de transmisión de los intereses del mercado ni ser su coartada de legitimación y consagración…ni tampoco ser una fábrica de eventos espectaculares, de llamativos reclamos para el turismo o los media, de ocasiones de foto para políticos en pose de cortar cintas inaugurales. El museo tiene que recuperar su papel cívico, ciudadano, republicano, pero a la vez renunciando a la soberbia autoritaria elitista. El museo no tiene que adoctrinar, su objetivo no puede ser el de crear clientes, autómatas consumidores de exposiciones, sino ciudadanía crítica. La exposición tiene que dejar de ser la actividad central del museo… pero, ¡ay! si en algunos el centro es ¡la tienda de souvenirs!
(...)
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